martes, 20 de octubre de 2020

YO QUIERO AQUELLA DICTADURA Y NO ESTA DEMOCRACIA

 


Voy a cumplir 70 años,🙋‍♂️ he vivido en una Dictadura ,donde los ciudadanos se casaban entre los 21 y 24 años de edad  y se compraban una vivienda con hipotecas a pagar en 10 años, no como ahora que te cuesta pagarla 40 ,lo hacían la mayoría con un sueldo solo ( ahora muchos no pueden ni con dos sueldos), a los 18 años me saque mi carnet de conducir y me compre mi primer coche, a los 22 comencé a hacerme mi primera vivienda ( con solo mi sueldo), viví una infancia maravillosa, una juventud excelente, todo ello en esa Dictadura tan mala, jamás vi 23 Ministerios, ni 18 Gobiernos, viaje por toda España,  en toda ella ondeaba una sola bandera,  la de España, se hablaba un idioma, el español, los ciudadanos teníamos los mismos derechos y obligaciones en todo nuestro territorio, había un enorme respeto a las fuerzas de seguridad, a la familia, esta se componía de marido, mujer e hijos, yo he tenido tres, se nos educaba en valores , en cualquier medio de transporte se cedía los asientos a mayores, embarazadas y personas que se viera la necesidad de ese asiento, había respeto y educación, las drogas ( aunque algún caso hubiera) solo las conocíamos en las películas,  a nuestros mayores los atendimos mayoritariamente en nuestras casas, España, en tiempos de esa Dictadura se posiciono como la octava potencia del mundo, la cuarta en construcción de grandes buques, no pagábamos impuestos y se construyeron 4.500.000 viviendas para los españoles, se hicieron cientos de pantanos, se podía salir a eventos y volver a casa a los tres de la madrugada y nadie nos asaltaba, los vecinos eran la familia más cercana que teníamos todos y nos ayudábamos, y por supuesto ningún okupa nos quitaba nuestra casa

Ahora dicen que  vivimos en una democracia,😂 que según los políticos es  “lo más de lo más”

Pero será para ellos, pues tenemos  un gobierno que en aquella época se le habría aplicado la Ley de Vagos y Maleantes y encima tenemos que taparnos la cara con una máscara como si fuéramos delincuentes.                                            Impera el odio, la envidia el revanchismo, entre Pedro y Pablo han vuelto a dividir de nuevo a los españoles, están a punto de hacer desaparecer la clase media y la monarquia, España está en ruinas   ya mismo nos meterán en la cárcel por decir que con Franco se vivía mejor.


Firmado un español.

🇪🇦🇪🇦🇪🇦

miércoles, 8 de abril de 2020

El charlatán. Por Alfonso Ussía. (El artículo que le censuraron ) 23/03/2020



El charlatán.
Por Alfonso Ussía.


Sánchez no se atreve a enfrentarse a una rueda de prensa abierta, libre y sin censuras en las preguntas.

Es un timador. El pasado martes habló – mejor escrito, leyó-, durante una hora para no decir nada, y 

terminada su lectura, un hombre muy respetuoso, le formuló cuatro cariñosas preguntas cuyas 

respuestas ya tenía preparadas. El periodismo también es culpable. Se confirma, que aprovechando el 

barullo y la paralización de la ciudadanía en sus encierros domésticos, Sánchez ha ratificado al 

comunista bolivariano Iglesias en la Comisión del CNI. Me decepcionó que Casado se olvidara de

 semejante barbaridad. Esa designación supera con creces el calificativo de traición, pero al español 

confinado esos detallitos no le preocupan, de momento. Si ya quedó mal Sánchez leyendo su homilía y 

respondiendo a las preguntas elegidas de cuatro amiguetes, ya me dirán lo que hubiese ocurrido si los 

periodistas que asistieron a la prédica verborreica de Sánchez hubieran sido profesionales libres. -¿Por 

qué admitió usted que uno de sus vicepresidentes en cuarentena, se sentara a su lado en un Consejo de

 Ministros? ¿Por qué no tuvo usted la firmeza cívica de obligarle a abandonar la mesa? ¿Relaciona 

usted el contagio del coronavirus de su esposa y la compañera de Iglesias con la manifestación 

feminista del 8 de marzo? ¿ Ha leído usted las conclusiones de la OMS y de una buena parte de los 

dirigentes europeos que consideran una barbaridad haber permitido esa concentración? ¿Fue el 

vicepresidente Iglesias el que le coaccionó para actuar con tan demostrada irresponsabilidad y 

cobardía? ¿Sabía ya, cuando autorizó semejante gamberrada infecciosa que pocas horas más tarde 

declararía el Estado de Alerta? ¿Dónde están esos 200.000 millones de euros de los que usted

 presume? ¿Ha iniciado su reparto, o está a la espera de reunirlos? ¿Por qué ordenó en su momento, a

 principios de su mandato, el desmantelamiento del hospital de campaña más avanzado del mundo 

diseñado y construido por el Cuerpo de Sanidad Militar? ¿Relaciona usted el lamentable contagio de su

 esposa con su asistencia a la manifestación y los besos que intercambió con la ministra de Igualdad, la

 gran promotora de la farsa? ¿Confía usted en la creciente mansedumbre de los españoles durante su 

confinamiento hogareño, o teme que finalizada la cuarentena, actúen judicialmente contra ustedes por 

su insuperable incompetencia, sus mentiras, sus ocultamientos y sus desvergüenzas en la gobernación 

de España? ¿Recibió en su momento los informes científicos que le advertían de una propagación 

masiva del virus si no se adoptaban las medidas necesarias para impedirla? Y por último, señor 

Sánchez. Como Presidente del Gobierno de una Estado democrático y libre, al menos hasta su llegada 

al poder, ¿por qué impide la presencia y las preguntas de los periodistas independientes, tal como 

hicieron sus predecesores, incluido el calamitoso y nefasto Rodríguez-Zapatero? ¿Se trata de una 

consigna soviética de Podemos? Y perdón, porque la última nunca es la última. ¿Por qué sigue 

bajándose los pantalones, y posteriormente los calzoncillos, y después de ello mostrándoles el culo a los

 separatistas catalanes para que le propinen una patada en el trasero de todos los españoles? Gracias,

 señor, Sánchez. Le deseamos una feliz estancia en su hogar, y una pronta comparecencia, 

acompañado de su cómplice antiprofiláctico ante el Tribunal Supremo. Creo que haría usted bien en 

saber que su vicepresidente en cuarentena que se salta la cuarentena, y cuya compañera padece de la

 pandemia, llevó a la manifestación a una niña de pocos meses de edad, lo cual es de esperar que se le 

antoje como una imprudencia establecida en los ámbitos del delito contra los menores.


Una hora de cotorra y cuatro preguntas preparadas. Para mí, que el periodismo libre haría bien en

 sentirse avergonzado. No está España para saberse gobernada por Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón o 

los inspectores de policía de los libros de Tintín, Dupont o Dupond. ¡Qué tediosos y afectados botarates!

 Le preguntaron en una rueda de prensa libre, en la Casa Blanca, al Presidente de los Estados Unidos 

Lyndon B. Johnson el motivo de su reafirmación en el cargo de Director del FBI del nada popular J.Edgar 

Hoover. Y Johnson, que no tenía la respuesta preparada respondió con lozana frescura y sinceridad.

 «Es mejor tener a ese individuo dentro de mi tienda y meando hacia afuera, que fuera de mi tienda y 

meando hacia dentro». El problema de los españoles no se soluciona buscando la bondad o maldad de 

elegir bien el destino de la micción. Los españoles tenemos a dos individuos, socios de Gobierno, que 

están en la azotea haciendo pis hacia abajo, allá donde nos encontramos todos, y sin boina.


No obstante, uno confía en una reacción ciudadana cuando se abran las puertas de nuestras casas y las

 voces de la indignación puedan ser oídas. Y las empresas que presumen de periodismo libre, que se lo

 miren o dejen de enviar a sus profesionales a una representación teatral.

Entrevista a D. Jose MªGay de Liébana por Igancio Faes El Economista Digital 25/02/2020

Entrevista a D. Jose MªGay de Liébana  por Igancio Faes

 El Economista Digital  25/02/2020


"Necesitamos políticos que sepan lo que es una empresa y el mundo real"

El profesor José María Gay de Liébana (Barcelona, 1953), uno de los grandes divulgadores de la economía en España, quiso plasmar en un libro sus innumerables horas de clases en la Universidad de Barcelona sobre las grandes empresas tecnológicas que hoy dominan el mundo. Finanzas con Sex-appeal fue el nombre elegido por Gay de Liébana pero, por decisión comercial, cambió el nombre en el último momento.
Revolución Tecnológica y Nueva Economía está ya en las librerías. "No queríamos hablar de finanzas en el corte clásico de toda la vida. Quise darle alegría", señala el profesor. Tras un "susto" -como él dice- de salud, comenzó a escribir este proyecto, que le ha servido como terapia. Los beneficios están destinados al Instituto de Oncología Vall d'Hebron. "Ellos son la muestra de que con recursos se puede investigar e ir siempre hacia adelante", destaca.
¿Cómo ve el nuevo Impuesto sobre los Servicios Digitales, conocido como 'Tasa Google'?
Fatal. Es ponerle puertas al campo. Estas compañías son las que lideran el mundo y van a ser los motores de crecimiento durante mucho tiempo y aquí salimos con esto, en plan paleto. Demuestra el complejo de inferioridad que tiene Europa y que no somos capaces de estar dentro de esta nueva onda, que es la era tecnológica y la vanguardia en todo el mundo.
¿Va a tener consecuencias negativas para España?
Al presidente Trump le va a sentar como un puñetazo en la mandíbula. Nos va a costar mucho. Estados Unidos ya nos tiene noqueados y ahora, encima, salen con esto. Nuestras empresas lo van a pasar mal para exportar a Estados Unidos.
¿Se pueden generar nuevas tensiones con Washington?
Me huelo que vendrán más tensiones entre la Unión Europea y Estados Unidos y, en este caso, provocadas por España. Trump se puede cabrear con Europa debido a la Tasa Google y la Gafa francesa. Además, Europa dejará de tener a un interlocutor válido con Washington porque Merkel pasa al retiro. Hay que tener en cuenta que Estados Unidos es nuestro principal cliente. Casi 800.000 millones de euros se van para allá y no podemos tontear con quien es nuestro principal socio comercial.
¿Qué opina del nuevo Gobierno de coalición en España?
No me gusta nada. No tocan con los pies en el suelo y no conocen el mundo real. En un momento de desaceleración en el que se están complicando las cosas y todos vamos a sufrir, nos vienen con la subida de impuestos, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional y la subida de las Cotizaciones sociales. No es el momento más adecuado para hacerlo. Puede derivar en una contracción económica.
También han lanzado recientemente la 'Tasa Tobin'.
Es un torpedo a la línea de flotación de las empresas españolas. Cualquiera que pueda articular una inversión fuera de aquí lo va a hacer.
¿Qué le parecen los números que maneja el Ejecutivo para el futuro Presupuesto General del Estado?
En el Gobierno están abocados al gasto social. Hay que tener cuidado porque, en principio, para 2020 la previsión de gasto es de 534.000 millones de euros. A esto hay que sumarle todo lo que ya devengan. Pueden hacer un descosido a las cuentas monumental.
¿Qué es lo que necesita España en este momento de desacleración económica?
Tendríamos que descargarnos de toda esta estructura política e invertir el dinero en crear empresas. Tenemos un virus político y con eso no podemos prosperar ni ir a ningún lado.
¿Qué clase de políticos vendrían bien al país?
Los que tenemos aquí no tienen nada que ver con los americanos, por ejemplo. En Estados Unidos ahora mismo hay un presidente que ha sido empresario y ha quebrado dos veces. Tiene en su gabinete al presidente de ExxonMobil, al de Goldman Sachs o a un presidente de una gran multinacional. Todos con gran experiencia, por encima de los setenta años. ¿Aquí, a quién tenemos? ¿Qué han gestionado? ¿Conocen el mundo real? Necesitamos políticos que sepan lo que es una empresa. Nuestra solución pasa por crear un hábitat que sea agradable para el mundo empresarial.
¿Hay esperanza de futuro?
Aquí no va a haber ningún acicate empresarial y esto es realmente lamentable. Lo que hay que hacer es liberarnos de toda esta grasa política que es demencial y, a partir de ahí, fomentar la investigación y desarrollo. No hay más que ver lo que están haciendo los demás países. Nuestro modelo productivo cada vez está más concentrado en servicios y comercio, que en España son de bajo valor añadido. La industria solo representa el 11% y el campo representa muy poco. Tenemos que ir a servicios de alto valor añadido y convertirnos en una especie de Silicon Valley. Así no tendremos ningún problema de Salario Mínimo.
¿Qué pasará con el Coronavirus?
Quiero creer que esto va ser algo muy temporal. Es verdad que China no ha sabido gestionar bien la crisis. China tiene un peso en la economía mundial brutal, cada vez que pasa algo va afectar a todo el mundo. El impacto, en principio, yo creo que será para el primer trimestre.
¿Ha acabado la guerra comercial?

Este año puede haber cierta calma, pero cualquier pequeña cosa puede complicarla. En el ojo de Trump está ahora Europa y si nos pone aranceles lo pasaremos muy mal. No podemos tontear con nuestro principal socio comercial.

José María Gay de Liébana

Profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Barcelona

viernes, 25 de octubre de 2019

Duran: "Mas rechazó un pacto con Rajoy que se pudiera votar en Catalunya

A pesar de la escandalera orquestada por el PP y el resto de las derechas ante la idea del Gobierno de Pedro Sánchez de que el diálogo con la Generalitat contase con un relator que diese fe de sus conclusiones, el juicio del 'procés' en el Tribunal Supremo está certificando los distintos intentos de mediación que existieron en el conflicto catalán cuando el inquilino de la Moncloa se llamaba Mariano Rajoy. Dos de ellos fueron desvelados en su día por EL PERIÓDICO: la del lendakari, Iñigo Urkullu, que in extremis trató de impedir la DUI y el 155, y la que entre el 2013 y el 2014, con Artur Mas como 'president', protagonizaron tres emisariosJoan RigolPedro Arriola y José Enrique Serrano. Pero esta última no fue la única gestión secreta que se produjo en los meses previos a la consulta soberanista del 9-N. Hubo otra que revela ahora Josep Antoni Duran Lleida, el histórico hombre de CiU en Madrid.
En una entrevista que hoy publica 'XL Semanal', el dominical de EL PERIÓDICO, Duran asegura que, antes del 9-N, Rajoy se avino a explorar un acuerdo político que pudiese ser votado por los catalanes siempre que CiU se comprometiese a apoyarlo y a defenderlo en Catalunya. Sin embargo, según el relato del entonces líder de la hoy extinta Unió, quien frustró esta posibilidad fue el presidente de la Generalitat a la sazón, Artur Mas, quien recién subido a la ola independentista adujo que no podía garantizar que la propuesta recibiese el aval de los secesionistas en las urnas.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

"Artur Mas: El peor presidente de Cataluña"   por Xavier Vidal Folch   21.09.2015




"Artur Mas ha partido por la mitad a la Nación catalana, ha desprestigiado a la Generalitat en el mapamundi, apenas ha legislado y ha aplicado los más duros recortes en España, sin mejorar la deuda pública, que dobla la del tripartito"


Artur Mas opta con denuedo al título de peor presidente de la Generalitat contemporánea, el que más perjuicio ha causado a los catalanes. Y en la historia, quizá solo pueda compararse al incompetente canónigo Pau Claris, que en 1640 entregó el país —independizado— a la corona francesa, una aventura atrabiliaria que acabó pronto (en 1652) y mal (se perdió el Roselló y parte de la Cerdanya). Mas ha dividido al país y lo conduce al precipicio. Sin más salida que volver, debilitado y desacreditado, al punto de partida. A no ser que otros lo rescaten.
No solo rompe la “unitat civil del poble català” (Raimon Obiols) que reclamó siempre la izquierda. Parte al menos por dos la fuerza político-cultural de la nación catalana, al proponer una fuga hacia adelante de tal calibre que le resulta imposible seducir al conjunto de la ciudadanía. O al menos a su gran corriente central (en torno al 80% de la población), la del catalanismo plural entendido como el “concepto globalizador de Cataluña y de todos los hombres que viven y trabajan en ella” que pretendió su mentor y padrino (Jordi Pujol, ConstruïrCatalunya, 1979).
Lo extraño es que de un tiempo a esta parte porfíe, no en crear, como aparenta, una nueva unidad (en realidad, un frente contra varios no frentes), sino en quebrar la complicidad básica que operaba desde la Transición. La expulsión del templo común de las dos grandes fuerzas europeas —los democristianos de Unió, merced al chantaje del hecho consumado de la coyunda convergente con Esquerra; los socialistas del PSC, por el asedio con múltiples caballitos de Troya— es la coronación de tanto esfuerzo. El empeño de Mas ya ha sido coronado por el éxito. Cataluña, como quería su viejo aliado José María Aznar, está rota. Por eso su balance está a años luz de los de Josep Tarradellas, Jordi Pujol, Pasqual Maragall o José Montilla. O del de Francesc Macià. Quizá, incluso, del de Lluís Companys, siempre controvertido.
No solo ha reavivado los viejos demonios del centralismo y los recelos a la catalanidad en algunos estratos de la sociedad española. Ha paralizado —a escote con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy— el progreso de la autonomía, al no reunir ni una sola vez en su segundo mandato a las comisiones mixtas Estado-Generalitat; al no influir para que el Gobierno cumpliese la preceptiva reforma del sistema de financiación autonómica; al desistir en la reivindicación de las 23 reclamaciones planteadas a Rajoy hace un año; al no mover ni un solo meñique por salvar alguna de las 10 (de 11) cajas de ahorros desaparecidas; al transformar súbitamente reivindicaciones muy mayoritarias (nuevo pacto fiscal, celebración de un referéndum legal) en abrupto desafío a la España constitucional.
Hacia afuera, el prestigio de la Generalitat ha caído a los pies de los caballos. Ni un solo líder internacional la visita, salvo el xenófobo dirigente de la (prolepenista) Lega, Roberto Maroni. Y cuando su titular viaja ni siquiera consigue una photo opportunity no ya con jefes de Estado sino con un comisario europeo o con sus pares gobernadores estadounidenses, como ha sucedido con los de California o Nueva York.
La obra de Gobierno realizada preludia la calidad de la que emprendería. La de Mas es lamentable. Su periodo, primero como conseller en cap y luego como presidente viene marcado por el mayor éxtasis de la (presunta) corrupción: saqueo del Palau, consiguiente embargo de 15 sedes de Convergència; comisiones del 3%.
Su obra legislativa es nimia: en 2013 pasó una sola ley en el Parlament; en 2014 apenas tres sustanciales (transparencia, acción exterior, homofobia). La ejecución de sus presupuestos (cuando los elaboró, que no en 2013) ha sido deplorable, no adivinó el resultado de ningún ingreso extraordinario y se enfangó en las principales privatizaciones (Aigues Ter-Llobregat).
Solo acertó en la intención de un decreto, el de la pobreza energética, que aplazaba el corte de la energía del invierno a la primavera a los pobres de solemnidad. En intención, porque el alcance del alivio (atrasar una estación el desastre) fue cicatero y el número de agraciados, miserable: apenas benefició a 895 familias, mientras Barcelona —con su digno correligionario Xavier Trias al frente— ayudó en este aspecto a 3.100 familias (2014) y el conjunto de municipios, Cáritas y Cruz Roja, a 48.000. Pero tuvo la suerte de que el Gobierno central fuera aún más zote y lo impugnara ante el Constitucional, consagrando a Mas en la asfixiante propaganda oficial como gran Espartaco de los excluidos.
Donde Mas fue certero e implacable fue en la política de recortes sociales, que ahora sus edecanes progres de lista (Raúl Romeva, Muriel Casals, Toni Comín, Lluís Llach...) tratan de disfrazar con promesas indemostrables. Cataluña es la duodécima comunidad en gasto educativo y la decimocuarta en sanitario (datos de 2013).
En educación redujo de 2011 a 2015 en 1.500 el número de docentes y en un 21% los recursos por alumno.
En sanidad contrajo un 15,2% el gasto per capita en sus dos primeros años, cerró un millar de camas, clausuró quirófanos y expulsó en cinco años a 5.560 profesionales del Institut Català de la Salut. Y solo en Cataluña los hospitales privados (146) casi triplican a los públicos (65): en el resto de España hay 309 privados por 345 públicos.
Las prestaciones por dependencia, ya minoradas por Rajoy, han sido rebajadas por Mas en la cuota autonómica hasta un 11% durante el último trienio.
Y aunque el empleo repunta (170.000 ocupados más, pero el 88% temporales) gracias a los bajos tipos de interés del BCE, el euro barato y el desplome del precio del petróleo, la contribución del Gobierno autónomo ha sido inane, en sus (limitadas) competencias. El Servei d’Ocupació de Catalunya ha sido del todo ineficaz: diezmada su plantilla en un 31% desde 2010, solo cubrió el 29,5% de las ofertas de trabajo en 2014.
¿Viven los catalanes mejor que al inicio de 2011, cuando el primer Gobierno de Mas empezó a gestionarlos? Viven peor, y no solo por los recortes. El poder adquisitivo se ha desplomado: un 9%, contra un 3,2% en Madrid, y un 6,2% en la media autonómica, según el informe Monitor-Adecco. Pero atención, no solo porque la Cataluña nacionalista haya encabezado la caída del salario medio (al cabo, dependiente del mercado laboral), sino sobre todo por su liderazgo en el aumento de precios... debido sobre todo al retroceso en la liberalización comercial, las multas a los establecimientos que abren en domingo y otras retrógradas medidas de refuerzo de la protección al botiguerismo alcanforado.
Si estas plagas hubieran servido para mejorar las finanzas públicas de la Generalitat, tendrían atenuante. Pero no ha sido el caso. La deuda de la Generalitat alcanzó (a final de 2014) 64.465 millones de euros, casi el doble de los 35.616 que recibió del denostado tripartito de izquierdas a final de 2010. El endeudamiento bruto anual es de 7.187 millones, más del doble de los 3.528 heredados por Mas de José Montilla. El neto (tras ponderar los años de recesión, similares; y los costes de los tipos de interés, decrecientes) apenas variará el sesgo.
Con este presidente, pues, Cataluña no ha hecho más que dilapidar el tiempo.

"Artur Mas dimite del PDeCAT"   Redacción La Vanguardia  09.01.20



El expresident de la Generalitat, Artur Mas, tiene previsto comparecer este martes por la tarde en rueda de prensa junto al resto de miembros de la dirección de la formación para anunciar formalmente su dimisión como presidente del PDeCAT. De esta forma, el dirigente podría dejar la primera línea política con una decisión que él mismo ya admitió como posible si con ella se lograba ensanchar la base social soberanista.
Artur Mas comparecerá a las 18:30 en la sede nacional del Partit Demòcrata junto a la coordinadora general, Marta Pascal, el coordinador organizativo, David Bonvehí, y la vicepresidenta, Neus Munté. Previamente, la ejecutiva del partido se reúne a las 17.30 horas y después se prevé que Mas encabece la rueda de prensa donde explicará las razones de su renuncia.
La renuncia de Artur Mas se produce así dos años exactos despuésde su renuncia como candidato a la presidencia de la Generalitat en la investidura de 2016 pese a haber ganado las elecciones. Fue precisamente el pasado 9 de enero de 2016 cuando el expresident dio su famoso “pas al costat” (paso al lado) por la exigencia de la CUP, que reclamaba su cabeza como condición para apoyar la investidura de un miembro de Junts pel Sí.
La dimisión al frente del PDeCAT se produce además un día después de que trasladara a la formación nacionalista que rechaza repetir elecciones al Parlament por el riesgo a perder la mayoría absoluta. El exjefe del Govern trasladó al Comité Nacional del PDeCat su apuesta por buscar una alternativa a Puigdemont, si fuera necesario, para evitar llevar al país a un bloqueo. Así pues, Mas y la dirección del PDeCAT discreparían, de entrada, con el núcleo duro de Junts per Catalunya, el más próximo a Puigdemont, que prefiere celebrar nuevos comicios en vez de buscar un candidato alternativo.
Con todo, el peso de la decisión de Artur Mas sería las causas judiciales del proceso soberanista y de la antigua CDC. Mas ha decidido, así, renunciar a la presidencia del PDeCAT para afrontar con más tranquilidad la defensa de sus causas judiciales y para facilitar un impulso del partido en su operación de “ensanchamiento” tras la experiencia positiva de Junts per Catalunya (JxCat).
Mas abandona, según fuentes del partido, porque quiere facilitar que pueda haber un impulso a la nueva operación de “ensanchamiento” de su partido tras la experiencia de Junts per Catalunya capitaneada por Carles Puigdemont, candidatura que contra pronóstico superó a ERC el pasado 21-D y que, desde la formación heredera de CDC, no descartan repetir en futuras elecciones.
Además, el expresident, ya condenado por el 9-N, abandona porque quiere y necesita más tiempo para afrontar las nuevas causas judiciales derivadas de los últimos sucesos en el proceso soberanista. Mas está en el punto de mira del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye la causa por rebelión contra el Govern cesado por el proceso soberanista, especialmente después de que un informe de la Guardia Civil lo situara en el “sanedrín” político que planificó la hoja de ruta hacia la independencia.



La decisión de Junts per Catalunya de presentar las credenciales en el Parlament como diputados de todos los miembros de la lista, incluido Puigdemont, con excepción de Clara Ponsatí y Lluís PuigGordi, tendría algo que ver en la decisión de Artur Mas.

"Artur Mas: El hundimiento"  por Lluis Bassets  13.01.2018



"Artur Mas es el máximo responsable de la derrota y destrucción del catalanismo político"


Lo tuvo todo y todo lo ha perdido. Lo quiso todo y nos ha dejado sin nada. Hasta ahora, los grandes políticos de este país habían hecho mucho con muy poco, a veces sólo con un gesto o una palabra. Este político que ahora dice que se va, en cambio, es exactamente el caso contrario. Teniendo en sus manos el poder más extraordinario que nunca se haya concentrado en las manos de un partido catalán, lo ha dilapidado y destruido, destruyendo además otras muchas cosas, empezando por su propia carrera y la de numerosos compañeros de partido y de alianzas, siguiendo por la estructura entera del sistema de partidos catalanes, y terminando, incluso, por las ideas y los valores de la ideología y de la cultura política central en Cataluña que es la del catalanismo político.
Todo esto es obra de Artur Mas. Con colaboraciones numerosas y con complicidades abundantes, con responsabilidades compartidas ampliamente en el mundo periodístico, intelectual, artístico, deportivo, mediático y empresarial. Pero tratándose de quien quería ser un líder, el líder supremo, el que mantenía más altas las apuestas y aseguradas las posibilidades de negociación y de victoria, suya es la responsabilidad máxima y la mayor de todas, y a él le corresponde responder ante sus conciudadanos, los catalanes, con independencia de las deudas que tenga que resolver ante la justicia, y responder exactamente por el hundimiento al que nos ha llevado con sus políticas y sus decisiones concretas, por la derrota de dimensiones históricas a la que él y los suyos nos han abocado a todos.
Quiso organizar la 'casa grande del catalanismo' y el catalanismo se ha encogido y cuarteado hasta quedarse ahora sin casa. Planteó una 'transición nacional', y nos encontramos ahora con una regresión nacional: en lugar de la independencia, una marcha acelerada hacia la pre-autonomía. Pretendió organizar Cataluña como un Estado propio dentro de Europa y Europa no quiso saber nada del nuevo Estado que se le anunciaba. Quiso internacionalizar el conflicto y ha conseguido el más alto nivel de desprestigio y de enemistad con que haya contado Cataluña dentro de España y de Europa en toda su historia. Quiso hacer más pequeña y más débil a España y ha conseguido hacer más pequeña y más débil a Cataluña. Todo lo confió al ejercicio del derecho a la autodeterminación, presentado como derecho a decidir, ejercido unilateralmente, y ahora ni siquiera mantiene vigencia y futuro la idea de una consulta o de un referéndum legal y acordado. Hizo de la independencia un objetivo creíble y al alcance de la mano y ha quemado la idea de independencia probablemente para décadas.
Cataluña se ha visto confrontada, gracias a los errores del independentismo, que son los errores de Artur Mas, a la cruda realidad de su peso, su fuerza y su dimensión geopolítica dentro de España y dentro de Europa. Mas es responsable máximo de los tres errores más importantes cometido por el independentismo a la hora de enfrentarse con su proyecto. Un primer error de análisis irrealista de la correlación de fuerzas, un segundo error de tergiversación de cara a los ciudadanos respecto a las posibilidades reales de alcanzar los objetivos propuestos y un tercer error, el más grave, de sustitución del método posibilista del catalanismo de probada eficacia historia por un experimento rupturista y de confrontación con España y con el mundo entero si era necesario.
La realidad de España era mucho más sólida y seria de lo que Mas había explicado. La economía y las empresas no tenían simpatía alguna, como Mas pretendía, con un proyecto que fabricaba inseguridad jurídica y resultaba en una inestabilidad hostil a las leyes del mercado. La diversidad de la sociedad catalana era incompatible con un proyecto que no ha dudado en acogerse finalmente a una idea de identidad de carácter etno-nacionalista, despertando en consecuencia reflejos nacionalistas de signo contrario. La Constitución española era mucho más firme y eficaz de lo que había pensado Mas con sus frívolas astucias para esquivar o impugnar el marco legal.
Pero todas estas responsabilidades son plurales y compartidas, y forman parte de ‘la confabulación de los irresponsables’, que tan bien ha explicado Jordi Amat en su libro del mismo título, y que afecta a todos los partidos y a un buen puñado de dirigentes, no únicamente a Artur Mas. Dentro de estas irresponsabilidades encabezadas por Mas, hay algunas decisiones pertenecen directamente a la persona que las tomó, como son las convocatorias electorales o las disoluciones de los Parlamentos, atribuciones específicas del presidente de la Generalitat. Y también aquí las equivocaciones de Mas son desgraciadamente memorables: disolvió cuando no lo tenía que hacer y no lo hizo cuando era necesario, respectivamente en 2012 y 2015, por lo que cae sobre sus hombros la responsabilidad de entregar la llave de la estabilidad parlamentaria a la CUP, una fuerza desestabilizadora por definición y que sólo le interesa participar en mayorías que se dediquen a desestabilizar y vulnerar la legalidad constitucional.
Que lo hiciera el hombre vocacionalmente señalado para dirigir la centralidad sociológica del país, para representar a la burguesía y a las clases medias y asegurar la prosperidad y la buena marcha de la economía, para pactar con Madrid y con Bruselas, es el mayor y el más imperdonable de los pecados. Ungido como el presidente de la continuidad pactista y posibilista, Artur Mas se convirtió en el líder populista y rupturista, capaz de dividir a los catalanes, enfrentarlos con España y arrancarlos si hacía falta del marco europeo. La designación de Puigdemont como sucesor es la culminación del disparate y de las cumbres de desprestigio a los que nos ha llevado esta ‘confabulación de irresponsables’.
Nada de positivo hay en su legado. Si la historia tiene algo de piedad de su paso por la máxima responsabilidad política catalana, le dejará en el olvido de una nota al pie insignificante. Si es un poco más atenta y rigurosa, le dedicará uno de los capítulos más negativos de la historia de Cataluña, el que corresponde a quien ha dilapidado la herencia espléndida que han recibido y solo ha dejado tras de sí una casa en ruinas.